jueves, mayo 28, 2009

Pésimamente bien

Estuve esperando que el tiempo pasara
sentado en un estrella demasiado fugaz,
ella estaba sólo cuando estaba llena
mi botella.
Estuve esperando que volviera el tiempo
desde que se quedó varado en la mitad del mar,
traté de reinventar mi historia,
pegándome cabezazos contra las paredes,
gritándole a una nube
que siempre me escupe la cara.
Quise reinventar mi historia
sentarme en una ola
y no escuchar
que nadie siquiera dijera: hola.
Siempre supe que el mañana era una mentira,
que solo existe el hoy día, el hoy noche y el hoy vida.
Siempre supe que el mañana era una tontería...
Por qué te quedas ahí parada,
esperando lo que no llega, lo que nunca pasa.
Por qué mejor no despiertas
y abres la ventana,
no estaré aquí cantando toda la semana.
Por qué mejor no te acuestas.
Hoy vine a recorrer tu cuerpo entero
esta noche soy un ser etéreo
como el viento,
no tengo más pesos que los que puedas
romper con tus manos.
Me quise alejar de los muelles,
levantar el ancla, derretir la vela,
escapar del alma.
Esta mañana desperté
y estabas acostada en mi cama
no había nada más que hacer
nada que temer,
estabas ahí y yo por fin estaba bien.
Después de un par de parpadeos
me saqué las lagañas y las tiré al fuego,
no quedaba nada, no quedaba nada
recordé que mi cama siempre está helada.
No anda nadie por aquí
y no porque me falten horas,
no es porque no digan o no quieran,
simplemente esa no es mi manera.
Sabes que me he dejado el alma
en todo lo que viviste, y pediste,
sé que tengo la culpa
de hacer que todo va bien
cuando va mal,
que todo está bien estando mal,
pésimamente bien.
La promesa fue reírnos de nuestras arrugas.
El tiempo aún no nos ha probado,
para ver que tan falsos somos
los arrebatos.

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