Incansable sol mendiga
vaga en lo alto tranquilo.
Del alba al atardecer miras
caídas en mares oscuros.
En nuestras espaldas rotas
cargamos tu yugo por horas.
Déjame el sonido en la nuca
no conozco nubes dibujadas.
Mas que por la brisa marina
de las sombras de fin de día.
Llantos de pasado cansino
bailes dónde se han ido.
Lágrimas deshacen mejillas
sobre timones de soledad.
Las herramientas oxidadas
enferman de desconsuelo.
Desde los sueños voló la ternura
Hasta las noches en que te pierdes.
jueves, enero 08, 2009
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