se le quedó la sombra
colgada tras la puerta
tuvo los labios partidos
durante toda la infancia
le resisten las manos
en anillos de plata
bajo la chaqueta verde
nos dejó sueños indigentes
cargó con mi nombre
adornos desconsolados
en lentas convicciones
los buenos dolores
las más finas pasiones
corroen las mejillas nubladas
desde el purgatorio
a las nubes caídas
son antiguos honores
de caminos ficticios
dónde decidí seguir
a pies vagabundos
en la voz áspera
las lágrimas cálidas
nuestras manos atadas
entre huesos rotos
donde quedamos solos
reconocí tu voz en otros
no vuelvas vestido
con ojos que no conozco.
jueves, enero 08, 2009
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