jueves, enero 08, 2009

Con fe de herencia Saer

está alegre
no recuerda bien
no esta de acuerdo
con las opiniones
el poeta le regala
la última imagen
de la secuencia
rinocerontes perdidos
que se creen hipopótamos
no conocía a su amigo
de sueños materializados
pero no importaba nada
mas que la letra visionaria
que queda en la vigía
al perder los ideales
en conferencias obligadas
de números eruditos
que son el pábulo triste
de olvidar quién se es
cuando nadie retrata
lo mal que nadas
en ríos africanos
de animales cambiados
en fotografías recitadas
para sonreír a través
de jarras tan transparentes
como la consciente locura
del alma precipitada
que sólo descansa
bajo el carbón
soñando con ser cristal.

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