jueves, enero 08, 2009

Esqueleto esclavo

desde la profundidad del asco
emana el clásico olor
de los cuerpos putrefactos.

la rabia es alimento
para grilletes sangrantes

las cadenas oxidadas
del esqueleto esclavo

no tienen dueño
en el hueso astillado
ni en el músculo podrido
las moscas hijas

se vuelven caníbales
sobre el alma de su padre
las rendijas luminosas

desde lo más alto del negro cielo
el hambre ausente

las ratas sin cola
sólo pasan frío los barrotes

en la mente sabrosa
los peores banquetes

la lluvia caliente
y llena de sal

la espina saliéndose
bajo la nuca
el pelo creciendo
donde aún queda piel

la quijada vacía
la lengua acabada

los ojos huecos
la vida esfumada.

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