somos treinta y dos
yo estoy solo
vestimos de tricolores cambiados
ocupamos la misma mesa
pero otra, algunas blancas
otras negras, cojas
largas, rotas
cargamos los bolsillos
recuperados de la vida
que hemos perdido
al caer desde el abismo
nos encargamos de morir
donde nos sea posible
hoy mantengo el rostro
alejado de los heraldos
los profetas vencidos
los poetas sufridos
los niños perdidos
del papel inundado
cambia la medida
en las corazonadas
los problemas no andan
queremos reír desde el alma
no apresures nena
los colores fluorescentes
la audición imaginaria
los olfatos internos
las miradas sobrepuestas
no más sequías
en mejillas blancas
no más compromisos
no más zapatos
no más limosna
no más cariños
la muerte sólo persigue
al que aún tiene miedo
acción mediática
te rescato si mandas
a nacer muerto
a morir prematuro
los soplidos del pecho
las narices gigantes
los labios hinchados
la pera semipartida
la barba escasea
el pelo en la frente
se roba la cara
la calma del alma
no existe aquí
estoy menos muerto
que el día en que nací
ojala que valgan los dolores
para pagar el cielo
ojala que valga la fe
para morir riendo.
jueves, enero 08, 2009
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