La cruz dada vuelta
mi herida se vierte,
mentiras dibujan
un cuadro infernal.
El pincel mentiroso
atrae a sus hijos,
la fe acostada
en papiros rotos.
Ilusiones de manos
para ojos confiados,
entre oidos tapados
no se sabe creer.
Las voces de los pies
ya no mueven el suelo
trás esperar lejanas
en vuelos siniestros
Se abruman ciudades
de inciensos santos
respirando el humo
bajo ritos gastados
Perdimos inocencia,
o la poca que había,
desfigurando palabras
que no supimos hablar.
No hay olvido culpable
en enseñanzas perdidas,
nos engaña la muerte
de la esperanza atrevida.
lunes, noviembre 10, 2008
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