lunes, noviembre 10, 2008

el artista del hambre en décimas

Miraban ojos perplejos
de niños asustadizos
muy lejos del paraíso
ocultos tras los abrigos
de sus padres aburridos
del fiel artista del hambre
la moda habría de llevarles
a ver a este pobre hombre
sobreviviendo del aire
enflaquecido por el arte.

Ya hubo tiempos mejores
detrás de la jaula, flores
y entre ellas muchos mirones
esperando por funciones
atrapadas en barrotes
sobre la paja, las uñas
que son bien largas y agudas
están cansadas e inmundas
tanto contar las agujas
y ver que el tiempo se esfuma.

Sonreía el ayunador
arrugando el corazón
exagerando condición
de imposible degustador
intento ser conmovedor
para ganar más audiencia
y valor en su proeza
humedecía los labios
para engañar a los años
y aliviar la triste espera.

Lo vigilaban de cerca
carniceros sin protesta
para descubrir la estafa
según ellos no ayunaba
había trampa escondida
ahí en el fondo un rincón
decían, comía por dos
nadie creía enseguida
la delgadez fue su vía
para andar ahí cerca de dios

Siempre anduvo en el limite
equilibró vida y muerte
para así ser consecuente
a su ideal diferente
se mostró poco elocuente
pa’ poder sentirse fuerte
ante burlas de la gente
aunque a veces indignado
fue tan ridiculizado
que rabió muy impotente.

Les cantaba él levemente
acompañando guardianes
infelices de cuidarle
ya entrada la oscura noche
contaba su vida errante
para mantenerlos de pie
bromeaba de vez en vez
y así pudieran entender
que su valiente interés
es creer única su sed.

En todos lados actuó
ahorrándose las meriendas
no probó comida alguna
nunca nadie lo venció
siempre todo lo hizo mejor
pasados cuarenta días
lo obligaron a abandonar
por miedo a que muriera
de tanto tiempo sin probar
algo que le pueda gustar.

Sacándolo de su jaula
ayuda un par de señoras
para llevarlo a la olla
y ahí mismo ponerlo a brindar
afirmándolo al caminar
náuseas en los escalones
y repulsión de ellas se ve
lo dejarían botado
tal estropajo muy usado
si el público no fuera d’él.

Después de unos buenos tragos
que tomaron en su honor
con el viejo dueño del show
temblaban débiles manos
les extendían los brazos
para exhibir la frágil cadera
que era solo huesos y venas
más que na’ para dar pena
que esas costillas sinceras
aún lo guardan con paciencia.

Quebraban en largo llanto
al verlo tan desvalido
nadie lo hubiese querido
de no ser reconocido
era solamente objeto
de admiración y prejuicio
dentro de un morboso circo
mientras dormitaba sordo
con luz y cientos de gritos
acostumbrado a soñarlo.

Le pensaban un rabioso
culpaban de esto al ayuno
lo mantenía irritado
o eso decía el público
verlo gritar a lo loco
los confundía a montón
con estómagos de señor
de hombres sanos corresponde
que estén rosados y guarde
los vicios de una pasión.

Refutaban siempre dichos
dichos por el propio artista
retrato impreso de días
en que se está moribundo
malgastando otro secreto
todos creyeron al jefe
su palabra es la fuente
de habladuría corriente
aunque le hierve la sangre
jamás ha perdido la fe.


El incomprendido mártir
era incansable luchador
quería enseñar su razón
de nunca tener a donde ir
pero costo en esto seguir
viviendo del mismo arte
dejó de ser elegante
nadie le seguiría
hacia cualquier otro lugar
la moda había pasa’o d’él.

Se fueron rápido en años
todos los niños y ancianos
ya no quedaba ni un rastro
de las visitas de extraños
fue olvidando sus motivos
melancólico y sin pega
puesto que nadie apreciaba
todo el esfuerzo y la garra
puesta en su celda privada
y a él no se le recordaba.

Quizás fue demasia’o viejo
para entrar a regodearse
no por eso es el culpable
de ahora vivir en establos
cubierto ‘e olor a caballo
las bestias eran feroces
cuando no tenían carne
a él le daba un asco grande
mas hoy tener que aguantarles
que vengan a molestarle.

Ahora es su oportunidad
confina’o a una celda igual
pero en otro sucio lugar
de hacerse valer de verdad
demostrar que pu’e ayunar
sin que nadie lo reprima
o que lo obligue a renunciar
o lo haga a caminar fuera
de su cuarto e fierro y maera
y que no hay quien le puea igualar



Robándole espectadores
a animales de la feria
quiso ser nueva leyenda
famoso de ayunadores
héroe de un olvida’o arte
los detenía bien poco
en un último intento
de volver al apogeo
de épocas tan anteriores
en donde se le apreció.

Menosprecian su delgadez
conocedores de mundos
mucho más grande que’l nuestro
y que creyéndose digno juez
sugieren falta ‘e sensatez
seguir con afán antiguo
rescatar tiempos perdidos
donde volveremos idos
a soñar aún siendo niños
con lo que creemos vivo.

Escamoteándole vida
las recompensas sencillas
tan concentrado en la herida
no se le escapan sonrisas
ante un cartel de mentiras
pasa el tiempo y se olvida
la cantidad de semanas
que lleva sin tomar agua
y ni de untarse las ganas
de decir sigo acá.

Juntando un último aliento
juro no ser de habilidad
sino mas bien enfermedad
aclaro antes de ‘tar muerto
que se iría en un protesto
ya que no le gustaba na’
de lo que tenia pa’ probar
tampoco que’o satisfecho
cuando debía saciarlo
sin na que lo pueda llenar.







En la jaula solitaria
quedo feliz la pantera
tan linda como cualquiera
muy rechoncha y traviesa
fue grande el cambio de vida
ocupando todo espacio
ya no echaba na’ de menos
que dejara ése pobre hombre
ser bajo el suelo, durmiente
pa’ que ella viviese el sueño.

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