lunes, noviembre 10, 2008

Incansable sol mendigo
vaga en lo alto tranquilo.
Del alba al atardecer miro
caídas en mares oscuros.
En nuestras espaldas rotas
cargamos tu yugo por horas.

Déjame el sonido en la nuca
no conozco nubes dibujadas.
Mas que por la brisa marina
de las sombras de fin de día.
Llantos de pasado cansino
bailes dónde se han ido.
Lágrimas deshacen mejillas
sobre timones de soledad.
Las herramientas oxidadas
enferman de desconsuelo.
Los sueños volaron tiernos
son noches en que te pierdo
Lunes de luces planas

Se perdió la vanidad bajo la escarcha
en Lunes de luces planas de invierno.

Los pájaros de cunclillas caminan
con sus tiesas alas de calvicie senil.

Nace prematuro el vuelo del hombre
en una caída ascendente sin plumas.

Agita palabras que no son las suyas
suspendido en un nudo de aire.

Ladrón de letras y papeles vacíos
es del tiempo un viajero perdido.

Ofende al camino pues no deja huellas
de su rápida vida nadie se entera.

Baja desde el nido al subsuelo.
Del ombligo del mundo al desecho.

De los sueños a un sucio féretro.
De dos frases sueltas a un verso.

En una prisión sin llave ni guardia
se quedará cumpliendo lo dicho.

Sin más espacio entre paredes
su cuerpo encontrarán vacío.
Lo que nos queda

Basta de márgenes estrechos
suspirados años sin fecha
el acento cantado
las frases medidas
diez razones para no olvidar
las linternas sin foco
papeles de verde mohoso
traspiés de veredas inmundas
pantalones arremangados
lana en los pies y cuello
sin nucas al cielo
los te quiero tanto
para no olvidar
el nylon de seis cuerdas
con artificios de cenicero
los orificios zurcidos
llenos de corchetes
y botellas interminables
en vasos que no tocan fondo
rompiéndose contra paredes
ayudantes de casualidades
mancos de apretones fuertes
de lápices de cuatro tintas

el artista del hambre en décimas

Miraban ojos perplejos
de niños asustadizos
muy lejos del paraíso
ocultos tras los abrigos
de sus padres aburridos
del fiel artista del hambre
la moda habría de llevarles
a ver a este pobre hombre
sobreviviendo del aire
enflaquecido por el arte.

Ya hubo tiempos mejores
detrás de la jaula, flores
y entre ellas muchos mirones
esperando por funciones
atrapadas en barrotes
sobre la paja, las uñas
que son bien largas y agudas
están cansadas e inmundas
tanto contar las agujas
y ver que el tiempo se esfuma.

Sonreía el ayunador
arrugando el corazón
exagerando condición
de imposible degustador
intento ser conmovedor
para ganar más audiencia
y valor en su proeza
humedecía los labios
para engañar a los años
y aliviar la triste espera.

Lo vigilaban de cerca
carniceros sin protesta
para descubrir la estafa
según ellos no ayunaba
había trampa escondida
ahí en el fondo un rincón
decían, comía por dos
nadie creía enseguida
la delgadez fue su vía
para andar ahí cerca de dios

Siempre anduvo en el limite
equilibró vida y muerte
para así ser consecuente
a su ideal diferente
se mostró poco elocuente
pa’ poder sentirse fuerte
ante burlas de la gente
aunque a veces indignado
fue tan ridiculizado
que rabió muy impotente.

Les cantaba él levemente
acompañando guardianes
infelices de cuidarle
ya entrada la oscura noche
contaba su vida errante
para mantenerlos de pie
bromeaba de vez en vez
y así pudieran entender
que su valiente interés
es creer única su sed.

En todos lados actuó
ahorrándose las meriendas
no probó comida alguna
nunca nadie lo venció
siempre todo lo hizo mejor
pasados cuarenta días
lo obligaron a abandonar
por miedo a que muriera
de tanto tiempo sin probar
algo que le pueda gustar.

Sacándolo de su jaula
ayuda un par de señoras
para llevarlo a la olla
y ahí mismo ponerlo a brindar
afirmándolo al caminar
náuseas en los escalones
y repulsión de ellas se ve
lo dejarían botado
tal estropajo muy usado
si el público no fuera d’él.

Después de unos buenos tragos
que tomaron en su honor
con el viejo dueño del show
temblaban débiles manos
les extendían los brazos
para exhibir la frágil cadera
que era solo huesos y venas
más que na’ para dar pena
que esas costillas sinceras
aún lo guardan con paciencia.

Quebraban en largo llanto
al verlo tan desvalido
nadie lo hubiese querido
de no ser reconocido
era solamente objeto
de admiración y prejuicio
dentro de un morboso circo
mientras dormitaba sordo
con luz y cientos de gritos
acostumbrado a soñarlo.

Le pensaban un rabioso
culpaban de esto al ayuno
lo mantenía irritado
o eso decía el público
verlo gritar a lo loco
los confundía a montón
con estómagos de señor
de hombres sanos corresponde
que estén rosados y guarde
los vicios de una pasión.

Refutaban siempre dichos
dichos por el propio artista
retrato impreso de días
en que se está moribundo
malgastando otro secreto
todos creyeron al jefe
su palabra es la fuente
de habladuría corriente
aunque le hierve la sangre
jamás ha perdido la fe.


El incomprendido mártir
era incansable luchador
quería enseñar su razón
de nunca tener a donde ir
pero costo en esto seguir
viviendo del mismo arte
dejó de ser elegante
nadie le seguiría
hacia cualquier otro lugar
la moda había pasa’o d’él.

Se fueron rápido en años
todos los niños y ancianos
ya no quedaba ni un rastro
de las visitas de extraños
fue olvidando sus motivos
melancólico y sin pega
puesto que nadie apreciaba
todo el esfuerzo y la garra
puesta en su celda privada
y a él no se le recordaba.

Quizás fue demasia’o viejo
para entrar a regodearse
no por eso es el culpable
de ahora vivir en establos
cubierto ‘e olor a caballo
las bestias eran feroces
cuando no tenían carne
a él le daba un asco grande
mas hoy tener que aguantarles
que vengan a molestarle.

Ahora es su oportunidad
confina’o a una celda igual
pero en otro sucio lugar
de hacerse valer de verdad
demostrar que pu’e ayunar
sin que nadie lo reprima
o que lo obligue a renunciar
o lo haga a caminar fuera
de su cuarto e fierro y maera
y que no hay quien le puea igualar



Robándole espectadores
a animales de la feria
quiso ser nueva leyenda
famoso de ayunadores
héroe de un olvida’o arte
los detenía bien poco
en un último intento
de volver al apogeo
de épocas tan anteriores
en donde se le apreció.

Menosprecian su delgadez
conocedores de mundos
mucho más grande que’l nuestro
y que creyéndose digno juez
sugieren falta ‘e sensatez
seguir con afán antiguo
rescatar tiempos perdidos
donde volveremos idos
a soñar aún siendo niños
con lo que creemos vivo.

Escamoteándole vida
las recompensas sencillas
tan concentrado en la herida
no se le escapan sonrisas
ante un cartel de mentiras
pasa el tiempo y se olvida
la cantidad de semanas
que lleva sin tomar agua
y ni de untarse las ganas
de decir sigo acá.

Juntando un último aliento
juro no ser de habilidad
sino mas bien enfermedad
aclaro antes de ‘tar muerto
que se iría en un protesto
ya que no le gustaba na’
de lo que tenia pa’ probar
tampoco que’o satisfecho
cuando debía saciarlo
sin na que lo pueda llenar.







En la jaula solitaria
quedo feliz la pantera
tan linda como cualquiera
muy rechoncha y traviesa
fue grande el cambio de vida
ocupando todo espacio
ya no echaba na’ de menos
que dejara ése pobre hombre
ser bajo el suelo, durmiente
pa’ que ella viviese el sueño.
hoy hay risa
hoy hay calambres
en los dedos anulares
calando en la mina de plomo
el azar airoso
los sellos sin imagen
las caras sin número
hoy sirven éxtasis
en rulos rojos
creó borrones
en la chaqueta
la ceniza húmeda
bizarra cantata
del cielo disuelto
muñones plegados
en las arrugas cicatrizadas
el antiescriba del silencio
lascivia ama del tugurio
la voz del antiyo.-.
puentes colgantes
son cuerdas flojas
que el hombre urbano
ha empezado a cortar
no me enseño
a copiar defectos
de tus palabras
me quedo quieto.
esperé ver a un gigante
vestido de molino
con los ojos grandes
y los labios finos.
esperé una voz ronca
unos dedos fuertes
un camino largo
de risa tenue.
pero encontré un hombre
o algo parecido
nada de lo esperado
nada de lo perdido
disfrazado de patán
con su risa forzada
tiene ojos pequeños
y en los labios cayos
hablaba de nada
pero no paraba
reía de todo
pero no entendía
él no decía que decía
cosas que no hacía
su mala vida
en hábitos crecientes
ecos cínicos
repetían palabrerías
reducían engaños
burlas contestatarias
no hay por donde
suelte la mano
mis nudillos duros
ella en un rincón
bailando.
La cruz dada vuelta
mi herida se vierte,
mentiras dibujan
un cuadro infernal.

El pincel mentiroso
atrae a sus hijos,
la fe acostada
en papiros rotos.

Ilusiones de manos
para ojos confiados,
entre oidos tapados
no se sabe creer.

Las voces de los pies
ya no mueven el suelo
trás esperar lejanas
en vuelos siniestros

Se abruman ciudades
de inciensos santos
respirando el humo
bajo ritos gastados

Perdimos inocencia,
o la poca que había,
desfigurando palabras
que no supimos hablar.

No hay olvido culpable
en enseñanzas perdidas,
nos engaña la muerte
de la esperanza atrevida.
siempre recuerdo la primera vez
que estire mis cortos labios
para ayudarte a volar lejos
de tus problemas ingratos

adioces congelados en fotos
me cortaron las lágrimas
para que con ellas crearas
este feo cascarón vacío

mi reloj de bolsillo no mide
el tiempo que queda nos sigue
son sólo recuerdos trizados
entre vidrios rotos de ayer

Sé cuanto duele caerse
desde una altura infinita
bailando junto a la luna
el alma se nos derrumba

al vernos en reflejos líquidos
nos engañamos el uno al otro
con caras de rasgos cambiados
en sueños del amor culpable
abrire grande los ojos
hasta que no duelan
en musculos del pecho
los pulmones desechos

no incomoda el frío
en noches tan oscuras
acostumbro tomarlo
al interior de mi cuna

Cada suspiro conciente
es despertar sonámbulo
los letargos plásticos
en camas de mimbre.-

Pensamientos que son ecos
contra paredes blancas
muchedumbres vacías
en el alma se guardan.

Solo tarareo canciones
para quedarme dormido
en encias hinchadas
mis dientes partidos.
el-la-los-la
la costumbre abierta
a nuevos contratos
los oidos abiertos
los ojos cerrados
se escapan peluzas
de rotos bolsillos
a mis viejos amigos
los siento perdidos
el frio entrecortado
entrefrio unido
los sueños de niño
son voces de exilio
de la mano del tiempo
las palmas se secan
las uñas se caen
las costras se quedan


parentesco bajo mesa
los condimentos áridos
bosquejos contraidos
en manteles blancos
la sal esparcida
en lenguas rabiosas
los platos vacios
las migas, pocas.
los tenedores doblados
las cucharas perdidas
el té es tan escaso
las hormigas tan dulces
no nos queda jabón
ni tampoco pan duro
las termitas obesas
las polillas sin hambre
nuestro techo perforado
nuestra ropa gastada
las uñas no crecen
el alma enloquece
los piojos viejos
ya no se sienten
él fue el último
yo lo vi irse


se le quedó la sombra
colgada trás la puerta
tuvo los labios partidos
durante toda la infancia
le resisten las manos
en anillos de plata
bajo la chaqueta verde
nos dejó sueños indigentes
cargó con mi nombre
adornos desconsolados
en lentas convicciones
los buenos dolores
las más finas pasiones
corroen las mejillas nubladas
desde el purgatorio
a las nubes caídas
son antiguos honores
de caminos ficticios
dónde decidi seguir
a pies vagabundos
en la voz áspera
las lágrimas cálidas
nuestras manos atadas
entre huesos rotos
donde quedamos solos
reconocí tu voz en otros
no vuelvas vestido
con ojos que no conozco.
quise verte sola
sobre tu sombra
en el reflujo
de lo que no se dice
quise tenerte sola
mientras espiabas
ninguneando al erotismo
con tus pezones duros
yo con tan poca vida
tu tan llena de muerte
pones el papel castrado
en el último bolsillo
dibujando la tormenta
en el recuerdo infante
la noche se olvida
y la escriteria renace.
el violín roto
chillaban las cuerdas
colgando del cuello
las notas mal afinadas
el público mudo
las palmas partidas
los aplausos ausentes
los dedos pegados
en piezas entumecidas
escarbando las siluetas
de las muñecas frias
los sonidos trizados
por risas tosidas
los sueños constantes
las buenas mentiras
los asientos ruidosos
las luces caídas
en encaje de cola
el piano de moda...
el aire siempre es malo
a excepcion del verano
no hay ni un alma en stgo
todos se han escapado
a tiempo para no morir
donde llegarán de viejos
pasas con oidos ciegos
paladares de ojos mudos
mentones belludos de polvo
quijadas roidas, gastadas.
las armas más recurrentes
de los asesinos de poetas
son la corta pluma y la corbata
pues con cortar entre costillas
se corta tanto la tinta
como la pluma y la vida
la corbata es el perchero predilecto
para los suicidas morbosos
que visten armani moroso.
la corbata del mandatario
la cinta floja presidencial
un abismo bajo la cuerda
solo unos milimetros bastan
para no volver a caer
en las mismas repeticiones
de cuantos hombres y mujeres
han dejado adular el color
que resalta sobre la camisa
el traje negro las piernas blancas
los sueños negros, la vida es plana
la muerte es débil, fácil de tentar
mas fuerte es la carne
que se consuela al despertar
distante desde lo cercano
rodeado de cultos nuevos
con insigneas viejas en el pecho
colgando el parche del papá
en donde inventamos el hoyo
el orificio del cigarrillo
las palmas secas del olvidadizo
del amigo de alto grado
casi siempre sobre cuarenta
amistades de derroché
no venero al camaleon
del ruiseñor del vecino
del caballo podrido
lleno de sal al sol
no manifiesto síntomas
que no son recurrentes
en las monedas de cartón
los billetes postizos
el baul del abuelo
lleno de cuadros viajeros
del sueño, del miedo, del tiempo
son variadas melodias descordinadas
que se cuelan por las costras
y las buenas demoras
el viejo pote del mate
el instrumento indigena
nuestra mente escarbada
llena de hoyos y de cerros
de escombros y desechos
que revelan los cimientos
tras tapar el sobremar
la muerte inconsistente
en mi mano y en la tuya
en mi bolsillo mi tumba
en tu bolsillo mi tumba
en tu repisa mi tumba
en mi repisa no hay nada.
no espero nada de ti
porque no te conosco
no pretendo quedarme
en tus ojos rojos
No causa gracia
babear cuando no hay
recados en el sueño
ni mejores paraisos

la muerte está cagada
si piensa en tragedias
guantes quirúrjicos
bandejas de cera

en el cráter nasal
putas muertas
vestidas de blanco
en pisos plomos

sintomas delirantes
sobran vestigios
del pecador desechable
los valores cívicos.
los lentes claros
los marcos dorados
brillan a contraluz
pelos en los lunares
las mejillas racionadas
en secciones y decepciones
las rodillas juntas
las nalgas duras
el cuello lleno de manzanas
una perla en cada lóbulo
hojas para calcar los años
sobre las venas pecadas
tres anillos y las uñas pintadas
los calzados mayores
tallas para no inflamar
los cayos y los doblepies
llenos y cansados
de empeines altos
da pena no crees?
morirse etilicamente
eneficientemente
con el ombligo sucio
la voz raspada y de sobra
años que se escapan
jugando en la estría
les caigo silente
muerto de memorias
sueños cambiados
recuerdos que no quiero
váyanse de una vez, lejos
por ahora y por nunca siempre
las caricias morbidas
peludas en las pantorrillas
jarabe para engreidas
que no saben leer
fornidas y arrebatadas
clarividentes exactas
muerte propia
muerte ajena
duerme en tinieblas
la noche te enseña
las palabras del olvido
un cayo en los ojos
no los puedes abrir
mis manos roncas
tus piernas fofas
los tiempos flojos
las malas dietas
los huevos podridos
en hilo de calzón
tu voz y la mía no
comerse la mierda
en sombras espesas
de lo que alguna vez
creímos ser
no somos
nada de lo que soñamos
nada de lo que lloramos
la sonrisa plástica
las gargantas gastadas
el rocanroll es amo
de lo que no tiene dueño
desde la profundidad del asco
emana el clásico olor
de los cuerpos putrefactos.
la rabia es alimento
para grilletes sangrantes
las cadenas oxidadas
del esqueleto esclavo
no tienen dueño
en el hueso astillado
ni en el músculo podrido
las moscas hijas
se vuelven caníbales
sobre el alma de su padre
la rendija luminosa
desde lo más alto del negro cielo
el hambre ausente
las ratas sin cola
pasan frío los barrotes
en la mente sabrosa
los peores banquetes
la lluvia caliente
y llena de sal
la espina saliéndose
bajo la nuca
el pelo creciendo
donde aún queda piel
la quijada vacía
la lengua acabada
los ojos huecos
la vida esfumada
desde lo olvidado
lo sufrido es experiencia
la voz de la esencia
escondida tras apariencias
no hay credibilidad
en la culpabilidad
ni en la sinceridad
de la morbosidad
pero puedes, claro, presumirlo
no hay quién te desconosca
cuando es momento de orar
debajo de un automóvil
con el fierro apretado
en la parte alta de la cintura
la baliza es roja y blanca
las palmas juntas
en paralelo
directo al cielo
lo que más tememos
nuestros cuerpos accionados
a destiempo de la luz
no entra en un sólo cuerpo
la razón de hacerse viejo
y es lo que nos da terreno
en el reino del triste sueño
pues que me arrepiento
del mal que he hecho
maullarán los felinos tiesos
muertos de miedo
los pantalones hediondos
pero no pares a llorar
allí en la berma caliente
no bebas alquitrán con pena
recuerda el mate de Nuevos Aires
le tememos al compromiso
al dolor del ya te quiso
cargarnos las decisiones
implorando malos perdones
bastaría la vida tranquila
para saldar las cuentas
con el de arriba
y el de abajo
los hombres han peliado tu sangre
todos son el mejor postór
entre el diablo y dios
el alma es sólo papel moneda
rogamos que no se pierda
aunque nosotros la olvidamos
casi toda la vida
en rincones oscuros
en ángeles de bajo mundo
en palabras secuestradas
bajo paladares mirones
entonadas las ocaciones
conoce el silvido
del te sigo
rastreando
tu camino de estrellas
montado en un grillo
saltando montes enteros
sin hacerme problema
guardo el alma en la maleta
la vida ajena
ya es suficiente belleza.
sin posesiones

no más intenciones
ocultas del eres mio

sin dueño

no más coqueteo
de mentiras labiadas

sin compromiso

mas que en bostezos
ejecutados en cama

sin afecto

un segundo de atención
tapado por sábanas

sin confianza

más que la desnudez
obligada de la pasión

sin pasado

el romance forastero
entregado a medias

sin futuro