Esperé sentado
mirando por la ventana
espiando al vacío
tapándome con el suelo
la ciudad despavorida
aullando hacia un cielo sin luna
y mientras yo sigo esperando
todas las luces se apagan.
Me saqué la cara
y la dejé colgada en la pared
llena de dardos.
Luego tomé mis oídos
y los apreté gritando
hasta quedar afónico.
Recogí mis dientes
e hice un puño
para morderme los ojos.
sábado, julio 04, 2009
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