Pasan junto a mí
tus nombres, tus cabalgatas y tus épocas
pasan junto a mí
tus logros, tus romances y tus penas.
Aquí en el azul grisáceo del cielo empolvado
martillando los lamentos en un muro de lluvia.
Aquí el subsuelo abraza los rincones del cuerpo
derramando astillas sobre los ojos del muerto.
Se cae de lado el temporal de vino amargo
y las calles se quiebran anunciando gritos.
Pasan junto a mí
tus fantasias, tus actos y tus manos
pasan junto a mí
tus ojos, tus risas y tus rastros.
Aquí tatúan constancias del veneno hembra
sombras indiferentes manoseadas por el tiempo.
Aquí el amor fundido entrando por las heridas
y mi corazón ceniza esfumándose con el viento.
viernes, octubre 23, 2009
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