El amor de las segundas oportunidades
amando a medias,
con la cama desarmada pero vacía.
La despedida que baila
en la mano del abandonado.
Un abrazo que no se cierra
trae un llanto que no se ve
ahora y afuera
el hijo que nunca se cree.
Confió su miga,
trabó la puerta,
no volvió a verle entre las cejas.
Una caricia herida sobre botella
nació de vieja
en su última huella.
Si vas amar sólo un momento
para qué vuelves
donde no hay tiempo.
Esquivó los golpes,
puso el lamento
como bandera alrededor del cuello.
Oye esperanza si te marchitas
vuelve descalza
cuando sonrías.
lunes, julio 12, 2010
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