jueves, abril 30, 2009

Acida mente

Todos los cabros la miraban
con cara de panfilos,
como pensando que tiene pensamientos
la muy weona. ¿Hasta cuándo?
Desear, soñar, mentirse.

A veces quiero escribir y no me sale
tengo presión que no existe mas que
en mi imaginación.
Disolver medio litro de sangre en vino,
¿cuál es la diferencia entre gastar los codos
esconder el alma y vagabundear sin sombra?
No sabe tejer la vieja muerte que no llego.
Me daría pena que supiera, a esta altura
me habria hecho varias chombas y unos cuantos calcetines.
Al viejo del bar le debo como cinco,
mejor hago que voy al baño y salgo.
Nicagando me pillan.
Total yo no soy de acá.
Mal.
Mañana tengo que entrenar.

Miedo que desaparece tan fácil como aparece.
Se siente bien...el frío.

Le dije el otro día a Benito que me abriera la puerta:
La decadencia lúcida de tu incoherencia verbal,
"siquiatrica" y emocional me pueden guardar los guantes.

Transpiré con las pichangas que nunca tuve.
En cancha, en la banca con un vaso.
En el bar de Eugenio.
Domesticado.


Los ojos caen otra vez en los versos de algún otro pobre.
Las rodillas raspadas, los oidos con sordera.
Cual se ajuste a la complaciencia será vuestra sugerencia.

No hay mala cosecha que en malos tiempos no se tome con ganas.

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