olvidadizo de los aparentes signos de mi identidad,
de por viajar dar un rumbo fijo que también se quede inédito,
casi tanto como los dolores
que se llevó el giro de la luna entre cada giro del sol.
y porque tengo que compararme, siempre inconforme,
siempre indeciso, siempre cobarde-mente tímido,
y cuánto acaso las veces en que sobrepasé mis expectativas como boxeador
termine cantando y siempre solo y a medias.
En un silencio estoy, acompaño lo que no está durmiendo,
otro sueño que inventé y luego destripé con cuatro expectativas mal ejecutadas,
porque será que ante todo terminaré muerto antes de nada,
porque nadie tiene que pasar si es que no logré acordarme...
de las cosas que se saben antes de nacer.
A lo mejor esos bares me dieron más cobijo que las pastillas
y cuantas otras cargas irrespondibles.
Porque sentí que el odio era el mínimo esfuerzo
y el máximo recurso del impotente
y que la gracia sería la conciencia compartida,
de ni mirar a las mujeres que jamás serán parte de mi,
porque realmente ya ni interesan a mi sangre
pero si se desangra el pensamiento en espiral
del tiempo que mide lineal, vida muerte.
resurrección de meollo conversación de los jóvenes
que se piensan almas viejas.
Nunca los podré entender completamente.
jamás saldrá un aliento en la burbuja,
un soplo de calle echa tierra y luego un mundo caminante.
A todos los que miraron al niño crecer, nunca terminaron
de verlo convertirse en hombre. Padre linea de la ignorancia,
te quedas por cierto en cada banca de mi plaza, del país de quiebra.
Un abrazo lleno de espinas en el absurdo,
aprendizaje por repetición y cátedra
aprendizaje por repetición y cátedra
harto lenguaje bien utilizado para entender el pasar.
Cuesta pegar la primera y la segunda ya es costumbre,
eso será por que se nace llorando y cuando se muere ya se han gastado las catastro-fé.
Los recuerdos haciéndolos a parecer del negador, del conveniente,
de la fuerza intratable de la furia animal, se hace la comida un rincón satisfecho
de porfines agotados,
por la variaridad de las palabras inventadas en vasos plásticos con
regalo de algún buen comerciante y cualquiera que se pare a escuchar al borracho
que canta en la plaza de cualquier país.
En par de trios cienpiés de once penurias, melancólica remolienda de un sabor campestre,
casi capital de buen industrialista familiar de político,
cuantos cantantes mejores a los que se escucharon
quedaron solitario como el mejor desierto, con la luna mujer a medias o siempre,
cual sea la controversia entre la veracidad de una confesión que nunca se hizo el cura,
pero que por malo que le parezca al sobrio, el curao dice lo que nadie se atrevió a hacer.
Cuales dicen ser que son lo que son, y cuantos inventan los sones dentro de si mismos.
Amarro el ancla al cuello y salto desde la misma nube en la que destronaste el sueño y lo hiciste fantasía, parecen cuatro los tiempos....pasado, presente, futuro, nunca.
Lo más probable es que ninguno exista.