viernes, diciembre 11, 2009

El tren de los enganchados

Ahí viene el tren de los enganchados
la suerte tiembla en los rieles
este es el fondo de la pena
el llanto recolector de huesos
aquí no se escapa ni siquiera el tiempo.
Ya viene el traficante de alcohol
saliendo de la boca del averno
y los niños de pañuelo en cuello
cojean un ritmo que quema
en todos los rincones del cuerpo.
El tren tiene un destino para cada uno
pero en realidad es sólo el suyo
en un golpe de recibidos
- dónde estoy
plantado en la sombra del cansancio
en el final de un mundo hundido
al silencio de un desierto vacío.
Ahí viene el tren de los enganchados
se escuchan los acordeones
y las armónicas sufriendo
el sol se cierra en el suelo
los mantos esconden el mate
los recién llegados no entienden
por qué todos los miran y lloran.
Se rompe el ronquido de la mina
con el chirrido de las guaguas
mientras el polvo convierte las manos
en piedras empuñadas.
Aquí es donde el cielo no llora
y el suelo se ha ido ablandando
con las gotas de los sueños idos
y la sangre de los hermanos.
Aquí es donde no importa el nombre
de ese que acaba de vivir
porque las caras del dolor muestran
que siempre estamos solos
al momento de morir.

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