lunes, abril 10, 2006

LLuvia del Otoño

Una vez mas aquí, donde todo empezó, abrazando el frió de la soledad.
Bajo la lluvia que me vio crecer, en un pueblo llamado Hogar.
En una de esas noches de invierno que parecen no tener final.
Donde el lago no deja de tocar, apasionadamente su magnifico vals.
El viento me invita a pasear, por los jardines de lo vivido.
Ahí donde duele, lo lejano de mi actual realidad.
Cierro los ojos un segundo y dejo a mi mente volar hasta mi viejo hogar.
Todo seguía igual a muchos años atrás. Restos de infancia
regados por los rincones de la fantasía.
Una lágrima desvanece el lugar, obligándome a continuar.
El paseo sigue mientras hurgo entre mis recuerdos.
Pero de pronto uno me es especial, los demás ya han perdido sentido
y solo queda esta suave calidez.
Tierna, casi nostálgica, casi irreal. Imágenes de una antigua rutina.
Viejos amores y amistades. El desgasto mental de la autodestrucción.
Patética obsesión por el dolor, vicios y costumbres sin importancia.

La lluvia del otoño cae llena de sueños olvidados,
mientras que miles de rostros se muestran ante mí.
Gente que nunca conocí, pero entre la multitud un rostro me estremece.
Es el recuerdo de mis últimos días. Delicado, suave, casi desconocido.
Con un golpe mudo, cientos de imágenes nublan mis ojos,
intento reaccionar y solo un sueño logra llegar.

La respiración se convierte en un tenue resplandor,
por un momento casi puedo tocar el cielo.
Solo susurros se dejan escuchar
y ni siquiera el viento los logra descifrar.
Dos latidos se hacen uno y entre la calida luz,
la silueta de la pasión se mueve lentamente.
El cielo reflejado en sus ojos es pábulo
del deseo que hoy veo en estas nubes.
Entre seda y terciopelo el amor deja aflorar la imaginación.
La piel expande todo un mundo de sensaciones y nada mas parece real.
Todo lo aprendido y soñado es olvidado, buscando el infinito,
buscando la cobija de la eterna compañía.

Es momento ya, de abrir los ojos y despedir la fantasía por esta noche.
Entre suspiros abandono el viaje a mi interior. El sueño incansable de
vivencias pasadas que no volverán.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen texo,linda forma d rendirle honor a este lugar...al menos lo tomé d esa manera..iop.
el vals del lago, q cosa mas agradable, creo q al estar lejos basta cn cerrar los ojos y respirar hondo para sentirse allí..eso hago cuando toi entre muros d cemento y me siento asfixiada.Prueba.
Río al pensar cuántas veces he deseado escapar de aquí, teniendo siempre presente todo lo q me haría falta esa brisa húmeda, los pasos de noche frente al lago siempre observante,en fin...
Volaas al comprender q keda cada vez menos para abndonar mi pekeño paraiso..
Cuidate ñoño.Hablamos.

Anónimo dijo...

"Patética obsesión por el dolor, vicios y costumbres sin importancia"


Toda la razón.
Un gran y fuerte abrazo para ti.

Anónimo dijo...

me llego...

muchas veces uno no ve lo mucho ke tiene...
y tampoco lo sabe apreciar...

me hizzo meditar tuuu cosaaa
me encantoo


...niNa