Le dijeron qué podía hacer
cuándo hablar de saber
y quién se ve ahí encerrado.
Le dieron lo bueno y lo malo
tomados de la mano
frente a un destino opaco.
La generación perdida
en la comodidad
del que tenga tenga siempre
y el que no, que no mire hacia acá.
Por la fuerza o la razón
disfrazan lo que son
trás un muro de excusas
juran ser hombres viviendo
en un mundo muerto
cuando los muertos son ellos
Los culpables inocentes
amos de la caridad
mal humano buena gente
ahijado de señor feudal
Le dijeron qué debía sentir
cuánto cuesta ser feliz
y a donde va el errado.
Le dieron un trabajo fiel
a quien hay que querer
y cuales son hermanos.
martes, junio 08, 2010
lunes, junio 07, 2010
niños de la tormenta
Niños de la tormenta
con sus baldes en las goteras.
Están lloviendo discursos
de épocas en que la pena
había dejado secando los cuadros
para no cortar el pastel.
Pero llegaron las visitas
a pedir la mano de la niña
para tomar del difunto la tierra
y de la tierra el olvido.
Hubo memoria en la memoria
y palabras infundadas en la envidia.
El origen de los lugares hundidos
nombrado para ver nacer el cambio
y esparcirse frío como el hambre
en las empuñaduras de las antorchas.
La sepultada razón de los oriundos
la convencida bienvenida del final
marcó la diferencia en el corazón
del triunfo que vive a costa de la derrota.
Bailemos entonces como hace el resto
en un ir y venir de pasajeros
en este desfile de sombras inéditas
que marcan sus caras en las paredes
y enseñan las garras
y muerden el polvo.
Amarraron las fogatas y la luna
planeando cuánto cargarían
sobre cada pobre
el supuesto aliento de la evolución.
Estalló una noche la naturaleza
por el caos del hombre llamado orden.
con sus baldes en las goteras.
Están lloviendo discursos
de épocas en que la pena
había dejado secando los cuadros
para no cortar el pastel.
Pero llegaron las visitas
a pedir la mano de la niña
para tomar del difunto la tierra
y de la tierra el olvido.
Hubo memoria en la memoria
y palabras infundadas en la envidia.
El origen de los lugares hundidos
nombrado para ver nacer el cambio
y esparcirse frío como el hambre
en las empuñaduras de las antorchas.
La sepultada razón de los oriundos
la convencida bienvenida del final
marcó la diferencia en el corazón
del triunfo que vive a costa de la derrota.
Bailemos entonces como hace el resto
en un ir y venir de pasajeros
en este desfile de sombras inéditas
que marcan sus caras en las paredes
y enseñan las garras
y muerden el polvo.
Amarraron las fogatas y la luna
planeando cuánto cargarían
sobre cada pobre
el supuesto aliento de la evolución.
Estalló una noche la naturaleza
por el caos del hombre llamado orden.
el viento arrastra una sombra
Padre aún no regresas
el viento arrastra una sombra
que espero sea la tuya.
Antes de que la gran luz queme
los vértigos del miedo
saltarán buscándose a sí mismos.
Camina conmigo junto al borde
pero acuérdate de soltarme
cuando tengas que irte
un pez en el estanque crece
hasta donde el estanque le permite.
Desafía esta tormenta
las probabilidades de escasez
hoy abusamos, mañana nos rendimos.
Hoy vivimos.
Cómo mirarían los abuelos la tierra
que ahora hemos desecho
y la nube nos rodea desde adentro
con un olor a mañana que nos parece viejo.
Sé que necesitas confiar
y te miras en el espejo
te hablas y sonríes
luego una mueca al suelo,
porque no sales del juego
creo que nunca lo sabremos.
Quién da más frente al vacío
la paloma de las alas rotas
arrojada a los pies del general
o la flor que arrancó la niña
para vestirse de primavera
bajo el invierno mental.
Mamá salió a buscarte
pero nunca volvió.
Padre aún no regresas.
¿Regresaré yo?
el viento arrastra una sombra
que espero sea la tuya.
Antes de que la gran luz queme
los vértigos del miedo
saltarán buscándose a sí mismos.
Camina conmigo junto al borde
pero acuérdate de soltarme
cuando tengas que irte
un pez en el estanque crece
hasta donde el estanque le permite.
Desafía esta tormenta
las probabilidades de escasez
hoy abusamos, mañana nos rendimos.
Hoy vivimos.
Cómo mirarían los abuelos la tierra
que ahora hemos desecho
y la nube nos rodea desde adentro
con un olor a mañana que nos parece viejo.
Sé que necesitas confiar
y te miras en el espejo
te hablas y sonríes
luego una mueca al suelo,
porque no sales del juego
creo que nunca lo sabremos.
Quién da más frente al vacío
la paloma de las alas rotas
arrojada a los pies del general
o la flor que arrancó la niña
para vestirse de primavera
bajo el invierno mental.
Mamá salió a buscarte
pero nunca volvió.
Padre aún no regresas.
¿Regresaré yo?
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