martes, julio 24, 2007
no mas mentiras
Regresando al confesionario con ansias de acoger ese soberbio olor a madera, barniz y pulcritud con ambos brazos abiertos, registre cada centímetro de mi visita en lo mas recóndito de mi ser. Además de hacerme el desentendido a los escalofríos motivantes que sentí desde la primera vez que estuve allí en mi niñez. Camine despacio por el desierto pálido de mi sofocante inseguridad. Las paredes de mármol cuidadosamente talladas brillaban orgullosas de su belleza. Paso a paso el eco retumbaba en el cielo raso como disparos, vestigios de una época de engaños. Solo por la saliva que casi se me escapaba de la boca era evidente mi nerviosismo. Las coloridas estatuas que adornaban la antesala no dejaban nada a la duda. Ciertamente este lugar era el indicado para redimirme, caer en el silencio y rezar por mi perdón. La fiera puerta de metal al otro lado del gran corredor era el comienzo de mi reunión. Si, la reunión con la bestia sagrada que se alza en lo profundo del altar de hojas marchitas, bajo el pedestal cubierto de sangre. Sangre de los olvidados, los negados, los absurdos. Su simple melodía, el goteo del azabache nocturno en mi fulgurante cielo estrellado. A su lado siempre el cordero miserable en su regocijo favorecido, riendo entre muecas de dolor pues conoce el motivo de su ausencia futura. Y entre ellos yo, el ignorante, la sucia alimaña que se resguarda tras espadas aladas, sin gracia y temeroso del habla.
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3 comentarios:
La vida es diferente. La vida es tan especial, que no puedo decir si es buena o es mala.
La gente es la mala, la que no sabe vivir.
Yo no se vivir, sabes tu?
Gracias por leer las estupideces que escribo...
un beso
¿Quién eres Gadin?
Gracias por el bello comentario.
No más mentiras. Crudo, realista y por eso hermoso.
Saludos.
Muchas gracias por su comentario. Algún día me daré el lujo de leer lo que escribes, ...solo que ahora por cosas escolares y estresidades, no puedo.
Puede pasar cuando quiera ;)
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