Una vez mas aquí, donde todo empezó, abrazando el frió de la soledad.
Bajo la lluvia que me vio crecer, en un pueblo llamado Hogar.
En una de esas noches de invierno que parecen no tener final.
Donde el lago no deja de tocar, apasionadamente su magnifico vals.
El viento me invita a pasear, por los jardines de lo vivido.
Ahí donde duele, lo lejano de mi actual realidad.
Cierro los ojos un segundo y dejo a mi mente volar hasta mi viejo hogar.
Todo seguía igual a muchos años atrás. Restos de infancia
regados por los rincones de la fantasía.
Una lágrima desvanece el lugar, obligándome a continuar.
El paseo sigue mientras hurgo entre mis recuerdos.
Pero de pronto uno me es especial, los demás ya han perdido sentido
y solo queda esta suave calidez.
Tierna, casi nostálgica, casi irreal. Imágenes de una antigua rutina.
Viejos amores y amistades. El desgasto mental de la autodestrucción.
Patética obsesión por el dolor, vicios y costumbres sin importancia.
La lluvia del otoño cae llena de sueños olvidados,
mientras que miles de rostros se muestran ante mí.
Gente que nunca conocí, pero entre la multitud un rostro me estremece.
Es el recuerdo de mis últimos días. Delicado, suave, casi desconocido.
Con un golpe mudo, cientos de imágenes nublan mis ojos,
intento reaccionar y solo un sueño logra llegar.
La respiración se convierte en un tenue resplandor,
por un momento casi puedo tocar el cielo.
Solo susurros se dejan escuchar
y ni siquiera el viento los logra descifrar.
Dos latidos se hacen uno y entre la calida luz,
la silueta de la pasión se mueve lentamente.
El cielo reflejado en sus ojos es pábulo
del deseo que hoy veo en estas nubes.
Entre seda y terciopelo el amor deja aflorar la imaginación.
La piel expande todo un mundo de sensaciones y nada mas parece real.
Todo lo aprendido y soñado es olvidado, buscando el infinito,
buscando la cobija de la eterna compañía.
Es momento ya, de abrir los ojos y despedir la fantasía por esta noche.
Entre suspiros abandono el viaje a mi interior. El sueño incansable de
vivencias pasadas que no volverán.
lunes, abril 10, 2006
jueves, abril 06, 2006
Sinfonía Oxidada
Sinfonía oxidada
Tuh-Tuh. Sonaba una y otra vez.... -¿Qué es?
Sinfonía oxidada...-¿Qué quieres de mí?
Bajando de mi fantasía, escucho los gritos de la conciencia,
de un salto me levanto resignado. Lentamente ordeno a mi cuerpo que trabaje sin mí. Hábitos se apoderan de mí permitiéndome continuar. Entre extraños y erráticos movimientos llego por fin frente al espejo. Reflejo desconocido...
-¿Quién eres?
Voces susurran a mí alrededor y alimentan mi notable letargo. Inhalo profundamente el polvo sobre una flor de vidrio. Mugre, alineada a voluntad en las puertas de mi hogar.
Veo los pasos de la rutina deslizarse por una vieja avenida. Buscan un fin, un propósito, vagan errantes bajo un triste otoño. Entre cientos de rostros deformados, de sueños y cuentos olvidados. Rodean los laberintos de la discordia, esquivan los pasos de una infame semilla. Actúan secretos sigilosamente guardados, que amordazan la realidad. Con nuevas horas demacradas bajo un techo corrompido. Durante días y años, siempre ha sido igual. Las horas ya se han gastado y la noche va llegando, anunciando el viaje de regreso al hogar.
Aunque algo me incita a romper lo habitual. Tratando de escapar a este relato.
Un retrato sometido al orden de la desdicha. Perfumes insolentes de placeres carnales jadeando a mis pies, malgastada provocación. Plumas de esfuerzo y acero, túneles de excesos y deseos. Voces crujiendo tras mi espina dorsal...
-¿Qué significan estas voces?
Sobredosis de placer, mi cuerpo se desgarra rápidamente. Volando en un sublime escape hacia la ilusión.
A las afueras de la ciudad la luna golpea mi rostro desnudo. El estupor de la decadencia roza mi realidad y fuerza a mí poca conciencia a escapar. Dejando atrás huellas llenas de miedo.
Un tiro certero decora el pavimento, las calles se tiñen de un color ajeno. Fiel compromiso adquirido por las miles de miradas perdidas. Obra fragmentada de un autor incomprendido. Cuadros llorando un sinfín de color. Pinceles fugaces corriendo libres por entre mis dedos, decorando mi obra y arte.
El temor trepa ágilmente por mi espalda. Sin saber qué hacer ni adónde ir, empecé a caminar. Camine durante días, meses, años, sin rumbo alguno vague por un buen tiempo y empecé a olvidar lo que recordaba el viento. Mis pies ahora descalzos, poco a poco fueron cediendo, junto con mi espalda y mi arrugada cara. Hasta que me vi nuevamente en aquel lugar, en las afueras de la ciudad. Lágrimas corren tiernas a la vista de mi viejo hogar, permitiéndole a la duda llegar.
-¿Por qué me alejé de tan hermoso lugar?
Aun seguía ahí la misma piedra que tantas veces tome entre mis manos, aun seguía ahí el mismo olor con el que me dormía cada día. Nuevamente, mi piel era joven, las arrugas se habían marchado, volvía a ser el de antes. Mi mente, empezó a recordar el propósito del viaje. Vagas imágenes llegaban a mis ojos, alucinaciones producto de aquel vicio. El espejismo fumable de la quimera me sumergía lentamente en un profundo sueño. Rostros anónimos juzgan mi acción. Llantos y gritos destrozan mis oídos. Ruidos incoherentes, puños y golpes sin sentido, luchan en una guerra desigual. Aborrecido por aquella imagen boté la pipa que me acompañó durante tanto tiempo. De pronto una ráfaga de viento meció mi danzar entre la arena y más despierto de lo que recuerdo haber estado jamás, me di cuenta del verdadero espejismo. Mi cuerpo yacía aun inerte en el pavimento, sangrando cobardemente la inmundicia de mi crimen...
Tuh-Tuh. Sonaba una y otra vez.... -¿Qué es?
Sinfonía oxidada...-¿Qué quieres de mí?
Bajando de mi fantasía, escucho los gritos de la conciencia,
de un salto me levanto resignado. Lentamente ordeno a mi cuerpo que trabaje sin mí. Hábitos se apoderan de mí permitiéndome continuar. Entre extraños y erráticos movimientos llego por fin frente al espejo. Reflejo desconocido...
-¿Quién eres?
Voces susurran a mí alrededor y alimentan mi notable letargo. Inhalo profundamente el polvo sobre una flor de vidrio. Mugre, alineada a voluntad en las puertas de mi hogar.
Veo los pasos de la rutina deslizarse por una vieja avenida. Buscan un fin, un propósito, vagan errantes bajo un triste otoño. Entre cientos de rostros deformados, de sueños y cuentos olvidados. Rodean los laberintos de la discordia, esquivan los pasos de una infame semilla. Actúan secretos sigilosamente guardados, que amordazan la realidad. Con nuevas horas demacradas bajo un techo corrompido. Durante días y años, siempre ha sido igual. Las horas ya se han gastado y la noche va llegando, anunciando el viaje de regreso al hogar.
Aunque algo me incita a romper lo habitual. Tratando de escapar a este relato.
Un retrato sometido al orden de la desdicha. Perfumes insolentes de placeres carnales jadeando a mis pies, malgastada provocación. Plumas de esfuerzo y acero, túneles de excesos y deseos. Voces crujiendo tras mi espina dorsal...
-¿Qué significan estas voces?
Sobredosis de placer, mi cuerpo se desgarra rápidamente. Volando en un sublime escape hacia la ilusión.
A las afueras de la ciudad la luna golpea mi rostro desnudo. El estupor de la decadencia roza mi realidad y fuerza a mí poca conciencia a escapar. Dejando atrás huellas llenas de miedo.
Un tiro certero decora el pavimento, las calles se tiñen de un color ajeno. Fiel compromiso adquirido por las miles de miradas perdidas. Obra fragmentada de un autor incomprendido. Cuadros llorando un sinfín de color. Pinceles fugaces corriendo libres por entre mis dedos, decorando mi obra y arte.
El temor trepa ágilmente por mi espalda. Sin saber qué hacer ni adónde ir, empecé a caminar. Camine durante días, meses, años, sin rumbo alguno vague por un buen tiempo y empecé a olvidar lo que recordaba el viento. Mis pies ahora descalzos, poco a poco fueron cediendo, junto con mi espalda y mi arrugada cara. Hasta que me vi nuevamente en aquel lugar, en las afueras de la ciudad. Lágrimas corren tiernas a la vista de mi viejo hogar, permitiéndole a la duda llegar.
-¿Por qué me alejé de tan hermoso lugar?
Aun seguía ahí la misma piedra que tantas veces tome entre mis manos, aun seguía ahí el mismo olor con el que me dormía cada día. Nuevamente, mi piel era joven, las arrugas se habían marchado, volvía a ser el de antes. Mi mente, empezó a recordar el propósito del viaje. Vagas imágenes llegaban a mis ojos, alucinaciones producto de aquel vicio. El espejismo fumable de la quimera me sumergía lentamente en un profundo sueño. Rostros anónimos juzgan mi acción. Llantos y gritos destrozan mis oídos. Ruidos incoherentes, puños y golpes sin sentido, luchan en una guerra desigual. Aborrecido por aquella imagen boté la pipa que me acompañó durante tanto tiempo. De pronto una ráfaga de viento meció mi danzar entre la arena y más despierto de lo que recuerdo haber estado jamás, me di cuenta del verdadero espejismo. Mi cuerpo yacía aun inerte en el pavimento, sangrando cobardemente la inmundicia de mi crimen...
miércoles, abril 05, 2006
Levanta una sonrisa
Que bellos momentos
tengo en mis recuerdos
de un niño pequeño
que va tras sus sueños…
Levantándole sonrisas
a la vida cada día,
compartiendo su alegría
con quien lo necesita.
Hoy el mundo amaneció
sin sentido del humor.
Plagado de miradas
en estado de estupor.
Paso un verdugo saludando
con sus manos bien en alto
para ver como temblaban
al gritar que se acercaba.
Pero el niño respondió
que hoy no es el adiós
y que pronto volverá
corriendo con pasión.
*****************************************************************
Un abrazo por los tiempos
que reiamos primero
un secreto por los tiempos
que teniamos por medio.
unas gracias por el tiempo
que fuiste consejero
y
una lagrima por el tiempo
que todos sabemos.........
espero que te recuperes hermano
yo se que esto no te va a vencer
pero tienes que seguir luchando
con el apoyo de toda la gente
que te ama...
*********************
todo esto dedicado a mi amigo Sebastian Kônig
que tiene graves problemas de salud
ya que anoche tuvo un derrame cerebral y
ahora solo queda esperar que pase algo...
tengo en mis recuerdos
de un niño pequeño
que va tras sus sueños…
Levantándole sonrisas
a la vida cada día,
compartiendo su alegría
con quien lo necesita.
Hoy el mundo amaneció
sin sentido del humor.
Plagado de miradas
en estado de estupor.
Paso un verdugo saludando
con sus manos bien en alto
para ver como temblaban
al gritar que se acercaba.
Pero el niño respondió
que hoy no es el adiós
y que pronto volverá
corriendo con pasión.
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Un abrazo por los tiempos
que reiamos primero
un secreto por los tiempos
que teniamos por medio.
unas gracias por el tiempo
que fuiste consejero
y
una lagrima por el tiempo
que todos sabemos.........
espero que te recuperes hermano
yo se que esto no te va a vencer
pero tienes que seguir luchando
con el apoyo de toda la gente
que te ama...
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todo esto dedicado a mi amigo Sebastian Kônig
que tiene graves problemas de salud
ya que anoche tuvo un derrame cerebral y
ahora solo queda esperar que pase algo...
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